martes, 11 de septiembre de 2007

Desolación en Coahuila por trágico accidente

El pueblo, del municipio Nadadores, amaneció de luto. Era un domingo familiar, la gente regresaba a su hogar luego de haber visitado a sus parientes o de los balnearios cuando los sorprendió el accidente de un camión cargado con nitrato de amonio que explotó y se incendió.
Con los ojos enrojecidos de tanto llorar, deudos de las víctimas sufren y buscan a sus muertos o desaparecidos. Niños, jóvenes, adultos, ancianos todos sufren por igual.
El tráiler cargado con nitrato de amonio —producto químico altamente tóxico— procedente de Cuatrociénegas, chocó contra una camioneta Lobo y causó dos estallidos que dejaron el lugar como si hubiera sido bombardeado en zona de guerra, con un enorme cráter en medio de la carretera federal número 30 Monclova-San Pedro, kilómetro 38, frente al poblado Celemania.
Más de 300 vecinos de éste y de los ejidos El Águila y Las Flores fueron desalojados por personal de Protección Civil y corporaciones policiacas federales y estatales, y llevados a refugios temporales. Todavía no se saben las causas del percance porque los dos vehículos fueron devorados por las llamas.
Pasadas 24 horas de la tragedia que enlutó decenas de hogares en la región, la agonía de esa noche de terror, miedo y angustia no termina para los deudos que lloran a sus seres queridos o no los encuentran, en un penoso peregrinar. Aunque según las autoridades, sólo hay tres cadáveres por identificar y dieron el número 066 de emergencias para quienes necesiten saber de algún desaparecido.
En una funeraria, a través de fotografías en una computadora, que les muestra personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), unos logran reconocer a sus muertos, varios mutilados, al menos un decapitado, otro partido a la mitad, dos casi irreconocibles.
Tres de las víctimas son reporteros de periódicos de Monclova, ciudad ubicada a 200 kilómetros de Saltillo, quienes fueron los primeros en llegar al lugar de los hechos cuando sobrevino la segunda explosión que levantó a muchos por los aires y por el impacto al caer quedaron despedazados; el brutal tronido aunado al fuego que formó una onda expansiva de más de un kilómetro afectó 67 casas del ejido, casi acabó con una docena.

Siete funerarias, insuficientes
Como medida sanitaria algunos de los fallecidos serán velados sólo unas horas y llevados de inmediato a sepultar. Las siete funerarias no se dan abasto, no hay capillas suficientes para atender a tantos, y algunos no pueden ser embalsamados porque están en muy mal estado, informó Ricardo Campillo de una agencia de inhumaciones.
Al concluir el operativo de búsqueda en un radio de kilómetro y medio, el saldo oficial es de 28 muertos, dos de ellos niños y tres periodistas, tres aún sin identificar y 250 heridos de los cuales 52 aún permanecen internados en los hospitales, cinco con traumatismo craneoencefálico y seis mutilados de piernas, brazos o manos, informó el gobernador Humberto Moreira Valdés.
Luego de que por la magnitud de la tragedia hubo cifras contradictorias, 37 fallecidos, según la Policía Federal Preventiva (PFP), 29 para la Procuraduría estatal, se precisó que las víctimas fueron 26 hombres y dos mujeres, entre ellos una bebé de 10 meses y un niño de 12 años.
Más de 350 elementos de todas las corporaciones, incluido el Ejército, colaboraron para auxiliar a las víctimas. Hay 44 vehículos con pérdida total y otros 44 con daños en grados diversos.
Las explosiones originaron un boquete en la carretera de 17 metros de largo por 14 de ancho y tres de profundidad. Por lo cual continuará cerrada la carretera federal número 30 Monclova-San Pedro en el tramo del kilómetros 38 frente al ejido Celemania, hasta que la PFP autorice a utilizar un paso provisional que se construye.
El mandatario, quien se encuentra en el área siniestrada, ofreció respaldo a los damnificados y deudos para pagos de atención médica y gastos funerarios, respectivamente.

Chofer avisó a conductores
La hipótesis más creíble es que el chofer de la Lobo trató de rebasar al tractocamión, pero perdió el control de su vehículo y se estrelló en la parte baja del remolque y desconcertó al trailero. Aunque éste, identificado como José Alberto Borrego González y su acompañante bajaron de inmediato y alertaron a los automovilistas que iban a atrás, lo que permitió que algunos se alejaran del sito.
Se presume que el conductor del tractocamión y su acompañante huyeron del lugar, pues no se les ha encontrado entre los muertos. El camión pertenece a la empresa Explosivos Mexicanos de Grupo Internacional Australiano Orica, SA de CV.
EL UNIVERSAL

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